La bienvenida del ave fénix
Sólo una palabra de despedida y ninguna promesa de regreso. No es más que un descanso, decía. Descanso que se antojaba efímero pero que reposa ya en un lecho de dos años eternos con sus correspondientes horas, y sus minutos, y sus segundos.
Zephyros se quedó allí, en la ciudad azul, alegando con el viento y el agua. Pero Ancor se pasea por las piedras que cuentan el origen de su historia. Fango y Nubarrón siguen haciendo de las suyas en la Tienda de Hilos, aunque las melodías que emergen hacia la calle se han transformado en un latido lento, cansado, prácticamente inaudible.
Galatea tiene ganas de hablar, de expresarse, de dejar fluir las historias que hace un tiempo callaron y fueron enterradas bajo el polvo del olvido. Ahora renacen con olor a lluvia y hierba huerto. Con serenidad un nuevo ciclo nace.
Gracias a los que creyeron -y creen-.
Zephyros se quedó allí, en la ciudad azul, alegando con el viento y el agua. Pero Ancor se pasea por las piedras que cuentan el origen de su historia. Fango y Nubarrón siguen haciendo de las suyas en la Tienda de Hilos, aunque las melodías que emergen hacia la calle se han transformado en un latido lento, cansado, prácticamente inaudible.
Galatea tiene ganas de hablar, de expresarse, de dejar fluir las historias que hace un tiempo callaron y fueron enterradas bajo el polvo del olvido. Ahora renacen con olor a lluvia y hierba huerto. Con serenidad un nuevo ciclo nace.
Gracias a los que creyeron -y creen-.
Libellés : 150 palabras, ella, galatea, historia
1 Comments:
No sabía ni siquiera que tenías "nuevo hogar" :) Por lo que veo llevas también un tiempo sin escribir, pero me alegra volver a encontrarte!...
Volveré a pasar por aquí.
Un besazo! :*
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